En los tambos de California, a cada gota de agua se le saca su máximo beneficio. El agua limpia enfría la leche y lava a las vacas y luego se usa para limpiar el estiércol de los pisos de los establos. ¡Y eso no es todo! Luego, el agua se usa para regar cultivos como el maíz y la alfalfa. No se desperdicia nada.

Este es el Amor de California
que viene de nuestras familias granjeras, la gente que se compromete a hacer las cosas bien, desde lo más grande hasta lo más pequeño.
